viernes, 26 de agosto de 2011

No hay feliz domingo para Clarín . . .

(por Damián Fresolone)

Las ventas dominicales del diario de Ernestina Herrera de Noble siguen cuesta abajo. Luego de haber roto el piso de los 600.000 ejemplares en el mes de junio, obtuvieron otro record negativo en el promedio de los domingos de julio. Según el Instituto Verificador de Circulaciones (IVC) la venta neta paga se ubicó en los 583.584 ejemplares, disminuyendo así 2,7% en relación al mes anterior.

         Las elecciones porteñas, tanto en primera como en segunda vuelta, celebradas en dicho mes, parecen no haber ayudado a las ventas del oligopolio como sí lo hicieron con sus dos seguidores en el mercado: La Nación y Diario Popular. Mientras que el primero visualizó un aumento del 0,9%, obteniendo un registro de 333.329 ejemplares pagos; el segundo, Diario Popular, aumentó un 1,5% llevando su cifra de 136.874 en junio a 138.949 en julio.

         Los lectores dominicales de Clarín, mayormente clase media, parecen escoger otras opciones a la hora de leer el periódico el día de mayor volumen y peso específico de las notas. Es, cuantitativamente hablando, la tapa dominical aquella más leída por los grupos familiares, llegando así a distintas franjas etarias.

         Un repaso por la venta neta histórica del Diario de Ernestina nos arroja los siguientes números:

         
          Más de un 23% es el descenso que sufrió el diario en su venta dominical: de aquel promedio de 779.400 ejemplares por domingo en 2007, pasamos a los actuales 601.470 en los primeros siete meses de 2011. Contrapuesta, como se ejemplificó anteriormente, es la curva que lleva el Diario Popular con sus ventas del día domingo
.

         Seguramente sea éste uno de los motivos por el cuál el Grupo Clarín, “primereando” a Perfil, decidió lanzar al mercado el Diario Muy, un producto destinado a los sectores populares (C3). Como aseguró Horacio Convertini, su editor responsable, intentarán “captar el lugar y los lectores que nos permita `El Popu´”.

         Lamentablemente, a pesar de haber cumplido cuatro meses en el mercado y en la calle, ni Muy (Clarín) ni Libre (Perfil) han solicitado auditorias al IVC para la publicación de sus ventas y poder así comparar y analizar hacia dónde se han volcado esos casi 180.000 lectores dominicales que perdió el diario de Noble.

         Por otro lado, habrá que esperar para saber si el categórico triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones Primarias del domingo 14 de agosto, modificará esta caída prolongada, o, por contrario profundizará, aún más, la quebrada relación entre el diario y sus lectores.

lunes, 15 de agosto de 2011

"El Kirchnerismo está muerto . . ."

(por Damián Fresolone)


La futurología parece no ser buen oficio para los que, poco a poco, se van retirando de la política. Elisa Carrió declaraba en el año 2008: “El Kirchnerismo no existe más”. Su compañera política en ese entonces, Patricia Bullrich, se animó a ir más lejos: “El Kirchnerismo está muerto”. Meses antes Das Neves, aseguró: “Está más muerto que nunca”. Y solo hace tres días, Lopez Murphy, vaticinó: “El Kirchnerismo está en extinción”.

Es cierto que ninguno de los citados se destaca por su buena relación con los números, al estilo Adrián Paenza, pero parecen haber estado algo lejos del presagio mortal hacia el modelo de país encabezado por la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner. O quizá, me animo a inferir, fueron análisis incompletos y lo que querían expresar eran ideas que iban en otra línea, por ejemplo:

Carrió quiso asegurar que: “El kirchnerismo no existe más… como fuerza únicamente en el conurbano sin peso en la Ciudad de Buenos Aires ni representatividad en las provincias de Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Evidentemente, y como los expresaron los números, su existencia como fuerza principal es en todo el territorio nacional”.

Tal vez a Patricia Bullrich no la dejaron terminar la oración y remataba: “El Kirchnerismo está muerto… de ganas por continuar profundizando un modelo de políticas sociales y económicas que devuelvan a la clase trabajadora sus derechos, y de aquí a cuatro años, se vislumbre una verdadera redistribución de la riqueza”.

Lopez Murphy tuvo una distorsión en su exposición fonética y su frase, en realidad, era: “El Kichnerismo está en extensióncuantitativa a nivel territorial. Recuperó regiones pertenecientes al campo, que en 2009 había perdido, y hoy lograron posicionarse y darse cuenta que la lucha es contra los intereses y explotaciones de la oligarquía terrateniente, y no contra los pequeños productores”.


Das Neves se quedó sin audio, estoy seguro, cuando quiso expresarse diciendo: “El Kirchnerismo está más muerto que nunca… de risa por todos aquellos operadores políticos y mediáticos que pronosticaban derrumbes en la credibilidad del gobierno nacional, poniendo en primera plana `armados oportunistas´ contra jueces de máxima excelencia a nivel mundial, y manchando los pañuelos de las más puras organizaciones de Derechos Humanos en latinoamérica".           

 Lo que no existe más, según las urnas, es la creencia ciega a los oligopolios imperantes. Cuando las ventas de los diarios opositores caen durante 4 años seguidos y la credibilidad del gobierno nacional aumenta sin límites, y emerge una nueva ley de radiodifusión legitimada por amplia mayoría, se evidencia un descreimiento hacia cierta parte de la prensa tradicional.

Lo que está muerto, según las urnas, es el politiqueo de los noventa y el reculeo hacia las políticas de recorte jubilatorio. Lo que está muerto es el referente Duhaldista (hasta en Lomas de Zamora) y la idealización del Ricardismo (hasta en el propio Chascomús).

El Kirchnerismo está muerto de sueño, anoche festejó hasta tarde con Lula, con Evo, con Correa, con Chávez… y con Nestor.

lunes, 8 de agosto de 2011

Cifras record en la industria editorial

(por Damián Fresolone en Diario Registrado 09/08)

 
La industria editorial no escapa al constante crecimiento de otros sectores de la producción nacional. En el primer trimestre de este año acrecentó su número de publicaciones en un 37,54% con relación al trimestre inicial del año 2010 según datos informados por la Cámara Argentina del Libro (CAL) a la Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad (DGEyC).

           Las publicaciones registradas durante este período del año pasado fueron 5.612 (13,4% más que en 2009), mientras que entre enero y marzo del corriente año los nuevos títulos ascendieron a 7.719, marcando así un record histórico para el primer trimestre.


          Al igual que otros sectores industriales como el textil, el alimenticio, el metalúrgico, y el automotor, la industria editorial dentro del campo cultural, con el peso consecuente que esta merece, se encuentra en continuo aumento desde los inicios de la gestión del ex presidente Néstor Kirchner.

          Mientras que en el año 2003 se publicaron apenas 13.066 obras, al final de 2010 se llegaron a lanzar al mercado 23.500 novedades, un 80% más, según el registro de ISBN obligatorio en la Cámara Argentina del Libro.

 
 
Algo similar ocurre con la tirada en cantidad de ejemplares, más de 32 millones fueron impresos en el país este año, generando una acentuación productiva en el sector gráfico, contra algo más de 17 millones en el año 2010; lo cuál marca un aumento del 93,8% según el informe brindado por la DGEyC.

Otro dato significativo dentro del sector es el desarrollo que vienen llevando adelante pequeñas y medianas editoriales denominadas “de nicho” por ser quienes deben encontrar sus espacios alternativos en el mercado frente a los grandes grupos editores. Mientras que la producción del primer trimestre en el año 2008 se había dividido entre 898 sellos, en el corriente año fueron 982 las casas editoras que lanzaron nuevos títulos al mercado, un 9,3% más.

           Más allá de los índices cuantitativos del sector, su crecimiento individual, y lo que éste aporta al mercado de la Industria Cultural; deben resaltarse aquí los factores cualitativos con los cuales contribuye esta fracción de la producción nacional a la sociedad, impulsando, defendiendo y promoviendo la difusión del libro, y fomentando la democratización de la cultura en escuelas y hogares a nivel nacional e internacional.

martes, 2 de agosto de 2011

"Cambia, todo cambia. . ."

(por Damián Fresolone)


Uno era el pobre, el periférico, el tercermundista, el subdesarrollado, el incendiado. El otro era el rico, el central, el primermundista, el desarrollado, el bombero.

           Estados Unidos de Norteamérica, hace exactamente diez años, venía a “salvar” a la Argentina. John Taylor, el número dos del Tesoro, arribaba al país con la consigna central de apoyar el plan déficit cero, luego de un acuerdo explícito de manera telefónica entre los presidentes George W. Bush y Fernando de la Rúa. Según cita el Diario Clarín de esa fecha, fuentes cercanas al presidente argentino informaron que el primer mandatario estadounidense le dijo: “Te mando a Taylor para ver cómo podemos ayudar a la Argentina”.


A su vez, Página12 citaba dentro de su nota de tapa, la frase dicha por un ministro luego de salir de la reunión en la Casa Rosada: “Lo único positivo del día fue el llamado de (George W.) Bush y la llegada de Taylor”. Este periódico preparó una tapa con un fotomontaje, herramienta que suele utilizar, y tituló: “A Cavallo le queda una esperanza”.

             El mismo 2 de agosto, cuando el riesgo país superaba los 1700 puntos, el Ministro de Economía, pedía encarecidamente que los argentinos y el mundo “nos den una oportunidad”, y cerraba: “El presidente De la Rúa ya habló telefónicamente con Bush hoy”.

El rico y el pobre; el central y el periférico; el primermundista y el tercermundista; el desarrollado y el subdesarrollado; el incendiado y el bombero.

              Hoy, una década después, los diarios más importantes de nuestro país vuelven a dedicar páginas y tapas a la economía Argentina y a la de los Estados Unidos. Default vuelve a hacer palabra frecuente, los quiebres de los mercados renacen en nuestra agenda mediática, Wall Street está presente en cada noticiero. Pero cambia, todo cambia.

El incendio está lejos, por encima del meridiano de Ecuador. El fuego y la necesidad imperante de llamar a los bomberos de la Casa Blanca han quedado en el olvido. El riesgo país no nos asusta y apenas recordamos quién era ese tal “Taylor” que vino a echarnos agua.

Cambia, todo cambia. Estamos a miles de kilómetros de las llamas financieras, y muy cerca del calor latinoamericano encendido por la profundización de las relaciones en la región. Ya aprendimos que en caso de incendio debemos llamar a un compañero, a un vecino. A un Lula, a un Evo, a un Correa; y ellos a una Cristina. Si en algún momento necesitamos asistir con el auto-bomba, dichosos vamos a estar de hacerlo dentro de la Patria Grande.

             Gracias por el agua Bush, Taylor y demás; nos sirvió para ahogarnos tres meses después.

           Cambia, todo cambia, canta Mercedes Sosa, y agrega: “Cambia el clima con los años, cambia el pastor su rebaño…”.