martes, 28 de agosto de 2012

A Macri no le cierra el 2013. . . ¿Matemática, estás ahí?

(por Damián Fresolone)



Siempre es más fácil destruir que construir.
Las últimas semanas del Jefe del Gobierno y su equipo del PRO se han caracterizado por una serie de acciones indiscriminadas enfocadas directamente a desacreditar al kirchnerismo que ellos, y los medios hegemónicos, denominan como “duro“ o “puro”. Es sencillo entender, conociendo la estructura parlamentaria, porque Mauricio Macri actúa de esta forma: porque no le cierra el 2013. Contra reloj, y sin una estructura política sólida es, repito, más fácil la destrucción que la construcción.


          
     A la conocida escasa representación del partido de Mauricio Macri en el Congreso Nacional (con tan solo once bancas en la Cámara baja y ninguna en la Cámara alta) se le suma la particularidad, aún más grave, de saber que ocho de once de los Diputados que posee ponen en juego sus lugares en las próximas elecciones legislativas, quedando sólo los espacios de Pinedo, Tonelli y Schmidt asegurados hasta 2015. Preocupante para quien pretende, en algo más de tres años, presidir el país.

     Más oscuro es el panorama si se analiza la situación en la Provincia de Buenos Aires. El 100 por ciento de las bancas que posee el macrismo en esta jurisdicción las pone en juego; justamente allí,  dónde su estratégico rival hacia 2015, el Frente para la Victoria, arriesga sólo 12 lugares de los 32 que posee, apenas el 37 por ciento.

    Nada mejora la situación si se pone el ojo en la Ciudad de Buenos Aires (sin duda el bastión del conservadurismo macrista). Allí, el oficialismo nacional posee 4 bancas que no pone en juego mientras que el PRO arriesgará 5 de sus 8 escaños.

     Para muchos, Santa Fe es la nueva esperanza del PRO luego de la inesperada elección realizada por el Miguel del Sel el año pasado. Sin embargo, ninguna banca responde a su partido, y de los 19 diputados que aporta dicha provincia al Congreso Nacional, 7 pertenecen al Frente para la Victoria, de los cuales sólo dos terminan su mandato el año próximo y cinco permanecerán hasta 2015.

     Por último, la ilusión cordobesa encabezada por Oscar Aguad, diputado electo por el radicalismo pero significativamente cercano a las filas del PRO, pone en juego también su banca. Mientras tanto, y mal que le pese a Macri, cuatro de los cinco legisladores del Frente para la Victoria en aquella sección tienen asegurado su lugar hasta 2015.

     Vistos estos números se evidencian dos aspectos. Por un lado, la incapacidad del Jefe de Gobierno porteño para diseñar un esquema representativo federal luego de comandar por cinco años la Ciudad que más visibilidad mediática otorga a cualquier político; por otro, la imposibilidad de despojar bancas del Frente para la Victoria cuándo estas no están en juego el año próximo.
El primer aspecto es solucionable a largo plazo, el segundo, sólo provoca impotencia.

A Macri, no le cierra el 2013…

lunes, 27 de agosto de 2012

A mi no me la vas a contar...



Es la primera vez que subo a mi blog un texto que no es de mi autoría. Léanlo y al final se enterarán por quién y cuándo fue escrito.

Resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo lo chiquito. Pasaste de náufrago a financista sin bajarte del bote. Vos, sí, vos, que ya estabas acostumbrado a saber que tu patria era la factoría de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado.

¡Pero con el sobretodo te quedaste! Entonces, ¿qué me vas a contar a mí? ¿A quién le llevás la contra? Antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Y protestás ¿Y por qué protestás? ¡Ah, no hay té de Ceilán!

Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno, ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta ¡Pero no hay té de Ceilán! Y, según vos, no se puede vivir sin té de Ceilán. Te pasaste la vida tomando mate cocido, pero ahora me planteás un problema de Estado porque no hay té de Ceilán.


Claro, ahora la flota es tuya, ahora los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos, ahora el gas es tuyo, pero., ¡no hay té de Ceilán! Para entrar en un movimiento de recuperación como este al que estamos asistiendo, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas y muchas ideas; algunas, monumentales; otras, llenas de amor o de ingenio; ¡todas asombrosas! El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo metieran en el andador o lo llevasen atado de una cuerda; el país se estructuró durante la marcha misma; ¡el país remueve sus cimientos y rehace su historia!


Pero, claro, vos estás preocupado, y yo lo comprendo: porque no hay té de Ceilán. ¡Ah. ni queso!.¡No hay queso! ¡Mirá qué problema! ¿Me vas a decir a mí que no es un problema? Antes no había nada de nada, ni dinero, ni indemnización, ni amparo a la vejez, y vos no decías ni medio; vos no protestabas nunca, vos te conformabas con una vida de araña. Ahora ganás bien; ahora están protegidos vos y tus hijos y tus padres. Sí; pero tenés razón: ¡no hay queso! Hay miles de escuelas nuevas, hogares de tránsito, millones y millones para comprar la sonrisa de los pobres; sí, pero, claro, ¡no hay queso! Tenés el aeropuerto, pero no tenés queso.


Sería un problema para que se preocupase la vaca y no vos, pero te preocupás vos. Mirá, la tuya es la preocupación del resentido que no puede perdonarle la patriada a los salvadores.


Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que resistir y que vencer las más crueles penitencias del extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento de lucha y de felicidad. Porque vos estás ganando una guerra.


Y la estás ganando mientras vas al cine, comés cuatro veces al día y sentís el ruido alegre y rendidor que hace el metabolismo de todos los tuyos. Porque es la primera vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras dieciséis millones duermen tranquilas porque tienen trabajo y encuentran respeto.


Cuando las colas se formaban no para tomar un ómnibus o comprar un pollo o depositar en la caja de ahorro, como ahora, sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella vergonzante olla popular, o un empleo en una agencia de colocaciones que nunca lo daba, entonces vos veías pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un pelo, no. Es ahora cuando te parás a mirar el desfile de tus hermanos que se ríen, que están contentos. Pero eso no te alegra porque para que ellos alcanzaran esa felicidad ¡ha sido necesario que escasease el queso!

No importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes, y que esos problemas los hayan resuelto personas. Vos seguís con el problema chiquito, vos seguís buscándole la hipotenusa al teorema de la cucaracha, ¡vos, el mismo que está preocupado porque no puede tomar té de Ceilán! Y durante toda tu vida tomaste mate! ¿Y a quién se la querés contar? ¿A mí, que tengo esta memoria de elefante?

¡No, a mí no me la vas a contar!


Enrique Santos Discépolo, 1951.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Atando cabos y cadenas. . .

(por Damián Fresolone)



Luego del irrisorio intento de Laura Alonso (PRO) de suprimir, mediante un proyecto de ley, las cadenas nacionales basándose en que se trata de una “rémora del pasado autoritario”, La Nación vuelve a traer el tema a la mesa titulando: “Intiman a la Presidenta para que cese el uso reiterado de la cadena nacional”.

Cristina durante el acto inaugural en Haedo (Télam).          Atractivo y vendible para cualquier lector que bucea aburrido por la web parece el artículo, en especial por dos aspectos. Primero, por la aparición de un “nuevo” sector -y no ya Laura Alonso- que intenta machacar sobre la Cadena Nacional. Segundo, porque la utilización del verbo “intimar” implica, como bien señala la Real Academia Española, “requerir algo con autoridad o fuerza pública”.

        Pero veamos ¿Quién intimó a la Presidenta? La respuesta está en la misma intimación, la Fundación Bicentenario por la Transparencia y Control de las Políticas Públicas. No es complejo mencionar en que otras ocasiones esta fundación -no tan transparente- emitió comunicados y posiciones. Por ejemplo: fueron los principales opositores a la designación de Eugenio Zaffaroni y Carmen María Argibay como miembros de la Corte Suprema, participaron en la revocatoria del mandato de Aníbal Ibarra como Jefe de Gobierno porteño, alertaron al -en ese momento- Canciller Taiana sobre posibles violaciones a los Derechos Humanos por parte de Hugo Chávez justo cuando comenzaba a mencionarse a Venezuela como nuevo aliado al bloque del Mercosur. Por otra parte, algunos de sus miembros fundadores se vieron involucrados en complejos episodios tales como denuncias por discriminación en el Consejo de la Magistratura (link) y Autocréditos del Banco Ciudad por 607 mil pesos para remodelar una casa (link).

         Todo esto debería ser suficiente para que el término “intimar” dejara de adecuarse al emisor de la intimación, teniendo en cuenta que dicha fundación no pareciera tener autoridad -ni moral, ni ética, ni pública- para requerir pedido alguno.

         Pero vayamos al otro aspecto interesante: Es un “nuevo” sector -y ya no Laura Alonso del PRO- el que pide que se terminen estas Cadenas “inútiles”, lo cual sería interesante para el análisis. Pero, sinceramente, será más fácil y expedito refutar este punto que el anterior, pues el sector de “nuevo” tiene poco y nada. Justamente, sus integrantes responden al macrismo porteño -declarado muchas veces a viva voz por sus propios miembros, tanto fundadores como actuales referentes- y, más allá, lejos del “populismo latinoamericano”, aseguran mantener como referente internacional al Partido Popular de José María Aznar.

        Antes, desde la representación legislativa mediante la Diputada Laura Alonso, ahora, desde la supuesta confianza, transparencia y cordialidad que inspira el término “Fundación”.

Así, atando cabos y cadenas, se evidencia la excesiva preocupación del PRO por silenciar este tipo de manifestaciones utilizadas por la Presidenta -en exceso o no- para difundir noticias de alto impacto, sin manipulación hegemónica mediante, que de otra manera jamás alcanzarían significantes porcentajes de la sociedad. Resumiendo, y utilizando una frase de Ignacio Ramonet, la Cadena Nacional es -en el contexto moderno actual- “el Derecho tan sagrado que tiene todo ciudadano a acceder a una información no contaminada”.

Nota de La Nación "Intiman a la Presidenta para que cese el uso reiterado de la cadena nacional": (link)

miércoles, 15 de agosto de 2012

Dictadura de las mayorías. . . ¿o liberalismo emergente?

(por Damián Fresolone)



          Toda expresión tiene un peso semántico que le es propio; un volumen que depende del contexto en el cual fue presentada y una incidencia que radica, mayormente, en quién emite el mensaje.

          El lunes, en el programa Desde el Llano de TN, Elisa Carrio afirmó: “Hoy estamos frente a una dictadura de las mayorías”.
          Sin detenerme en la refutación, por demás obvia y sencilla, a la denuncia de Carrio, prefiero analizar el origen de la expresión y sus francos defensores en esta región del continente.

          Alexis de Tocqueville fue el gestor de dicho pensamiento, allá por el año 1835, en su libro La democracia en América. Allí, alertaba sobre el peligro que podrían producir las mayorías sobre las libertades individuales y un consecuente despotismo. Vale aclarar que Tocqueville fue un jurista y político francés pilar del movimiento liberalista.

Empero, sin retroceder tanto en el tiempo y sin viajar tanto por el globo geográfico... ¿Quiénes se hicieron eco de esta idea en la región latinoamericana contemporánea?

          En Bolivia, la expresión es empleada por el periodista Joaquín Monasterio Pinckert, crítico incansable del presidente Evo Morales. Quien en su artículo La dictadura de las mayorías, afirma: “Las cotidianas actitudes confrontacionales, tanto del presidente Evo como de su vice García Linera, que la gente las identifica como parte de una estrategia de poder político continental sustentada económicamente por el presidente Hugo Chávez de Venezuela, provocan reacciones también violentas, que podrían desencadenar no sólo una sino varias tragedias irreparables en el país”.


          En Uruguay, la abanderada es Hana Fischer, política, ensayista, y ferviente opositora a Pepe Mujica y, en especial, de sus políticas redistributivas del ingreso. Recientemente acaba de publicar el libro ¿Democracia o Dictadura de las mayorías? En este asegura que los gobiernos populares de America Latina están expandiendo un fenómeno alarmante: “En varios países se han instalado gobiernos que son democracias de origen, pero no de ejercicio”.


          Venezuela, por su parte, no podía quedarse atrás. En este caso, quién se apropió de la expresión y califica al gobierno de Hugo Chávez como una dictadura de las mayorías es la Organización por la Democracia Liberal en Venezuela, firme defensora del libre mercado y, como detalla su carta de presentación, en contra de “cualquier forma de construcción colectiva de la sociedad”.


          Queda claro que tanto la génesis como el uso corriente de la expresión parte de sectores proselitistas del liberalismo económico, del anticooperativismo y del individualismo ciudadano ¿El objetivo? Un supuesto salvataje al súbdito indefenso, una apertura de ojos al inocente ¿El blanco? Los gobiernos populares que coinciden, de una vez por todas, en la concepción de un Estado amplio, activo, participativo y con vastos consensos.


Argentina buscaba su referente, Elisa Carrio es la abanderada.