martes, 19 de marzo de 2013

Caminos sin fines de lucro

Por Damián Fresolone para Caras y Caretas

Colectivos de Educación Popular, Organizaciones campesinas y Bibliotecas populares fueron los beneficiarios de las primeras ocho licencias para radios sin fines de lucro que otorgó la AFSCA.


Mientras la puja judicial por la plena vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual sigue latente, algunos espacios comenzaron a vislumbrar los primeros avances en el campo radiofónico. Si bien uno de los propósitos de la ley radica en la desconcentración de los grandes conglomerados mediáticos, muchos otros apartados destinados al reconocimiento y formalización de plazas comunicacionales forman parte de la columna vertebral de la democratización que la ley pretende. Este es el caso del artículo 49, sobre el cual la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) otorgó las primeras ocho licencias a radios sin fines de lucro que se enmarcan en los cumplimientos de baja potencia, en sitios de alta vulnerabilidad social o escasa densidad demográfica y con objetivos destinados a satisfacer demandas comunicacionales de carácter social. 
Génesis, materialización y licencia

En el centro-norte de la provincia de Tucumán se encuentra la localidad de Raco, una pequeña poblada de 3 mil habitantes, muchos de ellos en la alta montaña, con un río homónimo, y sus calles bautizadas con canciones del histórico Atahualpa Yupanqui. Allí se encuentra Eva Fontdevila, Presidenta del Colectivo de Educación Popular Abrojos, uno de los nuevos licenciatarios de radios sin fines de lucro. “El sueño de la radio comunitaria local lleva más de seis años, cuando con un grupo de Comunicadores de la UBA y militantes de proyectos de comunicación popular como FM La Tribu, Agrupación Mate y Agencia Conosur, llevamos adelante un taller de periodismo en una escuela primaria de la zona”, recuerda Eva. Tras el éxito del mismo, decidieron trasladar a los jóvenes a la ciudad para que conozcan los medios de allí; consecuentemente para profundizar su formación, cualidad que caracteriza al colectivo, apostaron por fundar un periódico, una biblioteca y un centro cultural.

          “Llevamos muchos años formando parte de la lucha por la sanción de una ley de medios democrática, conocemos sus posibilidades y alcances. Así, averiguamos en la AFSCA la posibilidad de obtener una licencia tal como propone el artículo 49. Luego de confirmar con la Comisión Nacional de Comunicaciones que la zona de nuestra sede no fuera conflictiva en términos del espectro radioeléctrico, a fines de 2012, comenzamos a tramitar nuestra licencia”, relata la presidenta del espacio educativo tucumano a días de haber sido notificada sobre la decisión del Directorio.
                
         A más de mil kilómetros, con una fauna y una flora considerablemente distinta, se encuentra Juan Burba, coordinador de Radio Tierra Campesina de la localidad de Jocolí, al norte de la provincia de Mendoza. Esta emisora pertenece a la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra (UST), pilar cuyano del Movimiento Nacional Campesino Indígena, que lucha desde hace más de diez años por los derechos de las familias y los trabajadores rurales.

         Con la referencia previa del Mocase (organización santiagueña), Burba recuerda que la idea de una radio propia emerge en 2005, aunque recién pudo ser materializada, sin reconocimiento oficial, cinco años más tarde. Así, en la búsqueda de un camino autónomo para expresar ideas y como una herramienta masiva que llegue a las comunidades campesinas, organizadas o no, para difundir la cotidianidad de la lucha y la cultura, es que nace Radio Tierra Campesina.

               
        El recorrido para obtener la licencia es relatado a la perfección por el coordinador: “Todo comenzó por inscribirse en el censo inicial de la AFSCA en marzo de 2010. Luego de una serie de presentaciones, a través de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias nos pusimos en contacto con representantes de la Autoridad Federal que nos informaban como iba la ejecución de la ley. Finalmente, al resolverse la aplicación del artículo 49, nos presentamos. Seguimos de cerca el expediente y nos sorprendió gratamente ser parte de la primera tanda de licencias aprobadas por el Directorio. En esto hay que destacar la buena predisposición de los miembros de la AFSCA que pechaba nuestro pedido”.
              
        Cada experiencia es particular y esencialmente distinta del resto. Mucho más cerca en el tiempo, en 2009, comienza el sueño de Radio La Ronda. Un grupo de jóvenes participantes de las actividades culturales de la Biblioteca Popular La Bicicleta, enmarcados e impulsados por los debates sobre la aprobación de la nueva “Ley de Medios”, observan latente la necesidad de crear un nuevo espacio local en Colonia Caroya, una localidad cordobesa a 50 kilómetros de la capital. Ramiro Chaves, coordinador de la emisora, afirma que era indispensable incluir otras lecturas respecto a lo que sucede día a día en una región que convive entre lo urbano y lo rural, lo criollo y lo migratorio, lo moderno y lo tradicional.
              
        “Desde que comenzamos a transmitir, uno de los focos de nuestro medio es la legalidad. De la mano de otras radios y bajo el apadrinamiento de la FARCO obtuvimos la personería jurídica como asociación civil y luego, a fines de 2011, habiendo cumplido con los requerimientos que la AFSCA solicitaba, presentamos nuestra carpeta. Ninguna noticia tuvimos al respecto hasta fines de 2012 donde el organismo comenzó a funcionar plenamente y a ganar visibilidad en una sociedad que proclama la ley hace más de tres años”, comenta Ramiro; quien asegura que como medio continuarán abogando por la plena aplicación de la misma y por un mejor marco y ejercicio de la comunicación.

             
         Son notorios los diversos disparadores y caminos que llevaron a estas tres experiencias a la materialización del espacio comunicacional y a la obtención de la licencia; sin embargo, todas ellas comparten un rol: ser alternativa u oposición a los medios establecidos.

Objetivos sociocomunicacionales
El artículo 49 es claro, los beneficiarios de estas licencias deben proyectar su finalidad en satisfacer las demandas comunicacionales de la comuna. Bajo esta premisa, un abanico de necesidades emerge de acuerdo a los contextos sociales y económicos locales.

           Radio La Ronda, comenta Ramiro, desde un primer momento persiguió la incidencia social y analizó la complejidad de la comunidad. “Como radio conformada por vecinos y vecinas, generamos discusiones en busca de consensos que nos ayuden a trabajar colectivamente. Luego, intentamos interpelar lo establecido y creemos indispensable tanto la difusión de actividades y eventos que no figuran en las agencias comerciales como el tratamiento de noticias que no son prioridad en otros medios”, agregó.

            Distinta es la situación de Radio Tierra Campesina consignada principalmente a difundir la cultura y la lucha de las familias rurales de Jocolí y alrededores, defendiendo la propiedad de la tierra para quien la trabaja, el agua para la producción, el comercio justo y la soberanía alimentaria. Sin descuidar, aclara Juan, temáticas de interés general que puedan surgir del seno de la propia comunidad.

             Para la nueva emisora del Colectivo de Educación Popular Abrojos, capacitación, educación e investigación desde una perspectiva pedagógica popular serán los tres pilares contemplados como objetivos. A diferencia de las otras experiencias, esta emisora aún no se encuentra en pleno funcionamiento, pero estima su inicio formal en el mes de abril.
     
            Tres experiencias, tres caminos, tres sueños. Diversidad en sus orígenes intelectuales, en su proceso constitutivo y en su objetivo comunicacional. Multiplicidad cultural, reivindicaciones campesinas y educación alternativa. Una voz, dos voces, tres voces. Pluralidad. Quizá, lo más similar que hayamos visto a aquel quinto punto de los veintiuno presentados un 27 de agosto de 2004 en Radio Nacional, bajo la firma de Coalición por una Radiodifusión Democrática.


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